por Analía de la Llana para www.losandes.com , Mendoza, Argentina.
Personajes mediáticos locales y nacionales confesaron ser bisexuales en movidas de prensa mayor o menormente sinceras. ¿Estamos ante una tercera sexualidad?.
Testimonios y análisis de profesionales mendocinos.
“Lo miré desde la mesa y simplemente me encantó. No me importó la mano que rozaba la mía en esa misma mesa, esa mano que busco cada noche para entrelazarme y perderme con mi pareja a la que deseo y amo. Pero aún así lo miré a él, a ese desconocido de la otra mesa, que casi con descaro hacía lo mismo conmigo. Terminó de cenar, saludó a los amigos y se esfumó. Y yo tras él, ‘voy a buscar cigarrillos’, apenas pude inventar y me perdí. Una cuadra... dos y nos encontramos con una sola mirada mientras él rozaba en cada caricia mi anillo de hombre comprometido”.
Aunque en muchos casos se pueda utilizar como “pantalla” para no enfrentar la supuesta verdadera sexualidad, la bisexualidad corresponde a grupos menos visibles, pero existentes. Grupos que pueden experimentar el mismo grado de atracción y excitación tanto hacia hombres como a mujeres.
Aquí profesionales abordan el tema, para intentar contestar cuánto hay de moda y cuánto de sustancia en esta onda “bi” que ha saturado los medios de comunicación.
Salir del clóset
“Yo soy gay y no tengo drama en manejarme conforme a lo que siento. A diferencia de mis amigos, creo en la bisexualidad porque conozco gente con esta inclinación, pero también es cierto que hay muchos que utilizan este argumento para no develar su verdadera sexualidad”, argumenta Agustín, un joven de 22 años, estudiante de medicina.
Según explicó José Luis Rodríguez, psicoterapeuta, especialista en sexología clínica y docente universitario, “en una definición operativa, bisexual sería aquella persona que siente atracción sexual, puede excitarse, tener relaciones y aún enamorarse con personas de su mismo sexo o del otro. Considerando ésta como una definición operativa entonces, sí existen quienes presentan esta característica. Hay quienes refieren que pueden vincularse erótica y afectivamente con personas de su mismo o del otro sexo, sin ninguna limitación”.
Ahora bien, ¿qué porcentaje representaría esta franja? Según el profesional es una pregunta compleja de contestar “porque si tenemos aproximadamente un 10% de las personas que son homosexuales, los bisexuales representarían una franja más pequeña, por lo tanto es algo menos estudiado. Pero que quede claro: la bisexualidad existe”.
Por una definición operativa de estos casos, el profesional explicó que resulta bastante útil definir desde el “hacer”. Es decir, la sigla HSH se refiere a un Hombre que tiene Sexo con Hombres, mientras que HSHM, se vincula con la definición de Hombre que tiene Sexo con Hombres y Mujeres. “A veces resulta más práctico pensar ‘no me digas qué sos, decime qué hacés’”, explicó Rodríguez.
Es desde ese hacer que muchos buscan su verdadera identidad sexual. Tal es el caso de Camila, nombre ficticio de una joven de 34 años que trabaja como secretaria de un estudio de abogacía. Ella contó cómo la confusión de su adolescencia le hizo experimentar con otra chica a los 17 años. “Sentía algo que luego entendí, pero necesitaba descubrirlo y saber si sólo era curiosidad. Yo aún no había tenido relaciones sexuales. Cuando me propusieron experimentar, lo hice porque me sentía identificada en muchas cosas de la chica en cuestión. La experiencia me dejó en claro que mi vínculo con ella pasaba por otro lado, no el sexual. Pero a mí me aclaró mi inclinación, para, sea cual fuera, vivirla sin rollos”.
Por su lado, María Alejandrina Román de Giro, licenciada en psicología y educadora en sexualidad, explicó: “En algunas ocasiones, la bisexualidad es utilizada por personas que no aceptan su condición de hombres que tienen relaciones con otros hombres, o mujeres que tienen relaciones con otras mujeres. Esto no implica que no exista la bisexualidad. Si bien es cierto que hay situaciones en las que las personas pueden engañarse, muchas veces la crisis de la mitad de la vida los hace salir del clóset. Entonces o dejan de mentirse y de armar para el afuera una historia que no es, o continúan con su vida paralela”.
Ser o no ser...
Ya desde los cinco años estamos determinados sexualmente a que las inclinaciones se vayan conformando en nuestro mundo sexual. Según precisó Román de Giro, “con la invasión hormonal, alrededor de los 13 años, la orientación bisexual tiende a expresarse. Puede aparecer -a veces- bajo la confusión, pero internamente comienzan a mezclarse las imágenes que erotizan en la misma proporción hacia ambos sexos”.
Si bien estudios foráneos destacan que existe un 10% de los hombres que tienen relaciones con otros hombres, y en la mujer el porcentaje es de un 7%, las personas bisexuales representan uno de los grupos más pequeños por diversas causas. Según la profesional “es uno de los grupos más marginados, porque existen en menor proporción o les adjudican orientaciones homosexuales, con toda la carga homofóbica de nuestra sociedad que muchas veces discrimina la diversidad. Esto genera que sea bastante complejo para el grupo moverse en estos roles ambiguos”.
Además, el concepto de bisexualidad es muy discutido, fundamentalmente en círculos heterosexuales y homosexuales, que excluyen de esta forma al bisexual de ambos grupos. “Como es un conjunto relativamente pequeño, hay pocos trabajos de investigación que reflejen una única realidad del tema.
Hay múltiples interpretaciones porque se estudian múltiples casos por separado. Lo que se encuentra como coincidente a la hora de explicar la bisexualidad, es que refieren el hecho de que la persona se involucra con el otro más allá del sexo de ese otro. Es decir, se enganchan con sus características personales, sean éstas de belleza, inteligencia o poder. Entonces, la atracción pasa primero por la persona individual, luego por el sexo”, detalló Rodríguez.
¿Naturalmente bisexuales?
Desde mediados del siglo XIX los científicos conductistas notaron la atracción bisexual en hombres y mujeres y debatieron su lugar en el desarrollo de la identidad sexual. Algunos, como Freud, llegaron a la conclusión de que los seres humanos son naturalmente bisexuales. ¿Una dualidad entonces que todos llevamos dentro? “Justamente son teorías, no hay verdades absolutas porque, si no, habría una sola. Insisto en que es una situación que se presenta con una frecuencia tan baja que la casuística resulta insuficiente para poder explicarla”, precisó el sexólogo.
Algo que se desprende de lo dicho, es que sin ser una tercera sexualidad, la tendencia “bi” que muchos mediáticos profesan, no puede ser desdeñada. “Probablemente asistamos a que hay mayor difusión de las conductas privadas de las personas, menos miedo a la censura social o al castigo y quizás eso sea lo nuevo”, concluyó el profesional.
Personajes mediáticos locales y nacionales confesaron ser bisexuales en movidas de prensa mayor o menormente sinceras. ¿Estamos ante una tercera sexualidad?.
Testimonios y análisis de profesionales mendocinos.
“Lo miré desde la mesa y simplemente me encantó. No me importó la mano que rozaba la mía en esa misma mesa, esa mano que busco cada noche para entrelazarme y perderme con mi pareja a la que deseo y amo. Pero aún así lo miré a él, a ese desconocido de la otra mesa, que casi con descaro hacía lo mismo conmigo. Terminó de cenar, saludó a los amigos y se esfumó. Y yo tras él, ‘voy a buscar cigarrillos’, apenas pude inventar y me perdí. Una cuadra... dos y nos encontramos con una sola mirada mientras él rozaba en cada caricia mi anillo de hombre comprometido”.
Aunque en muchos casos se pueda utilizar como “pantalla” para no enfrentar la supuesta verdadera sexualidad, la bisexualidad corresponde a grupos menos visibles, pero existentes. Grupos que pueden experimentar el mismo grado de atracción y excitación tanto hacia hombres como a mujeres.
Aquí profesionales abordan el tema, para intentar contestar cuánto hay de moda y cuánto de sustancia en esta onda “bi” que ha saturado los medios de comunicación.
Salir del clóset
“Yo soy gay y no tengo drama en manejarme conforme a lo que siento. A diferencia de mis amigos, creo en la bisexualidad porque conozco gente con esta inclinación, pero también es cierto que hay muchos que utilizan este argumento para no develar su verdadera sexualidad”, argumenta Agustín, un joven de 22 años, estudiante de medicina.
Según explicó José Luis Rodríguez, psicoterapeuta, especialista en sexología clínica y docente universitario, “en una definición operativa, bisexual sería aquella persona que siente atracción sexual, puede excitarse, tener relaciones y aún enamorarse con personas de su mismo sexo o del otro. Considerando ésta como una definición operativa entonces, sí existen quienes presentan esta característica. Hay quienes refieren que pueden vincularse erótica y afectivamente con personas de su mismo o del otro sexo, sin ninguna limitación”.
Ahora bien, ¿qué porcentaje representaría esta franja? Según el profesional es una pregunta compleja de contestar “porque si tenemos aproximadamente un 10% de las personas que son homosexuales, los bisexuales representarían una franja más pequeña, por lo tanto es algo menos estudiado. Pero que quede claro: la bisexualidad existe”.
Por una definición operativa de estos casos, el profesional explicó que resulta bastante útil definir desde el “hacer”. Es decir, la sigla HSH se refiere a un Hombre que tiene Sexo con Hombres, mientras que HSHM, se vincula con la definición de Hombre que tiene Sexo con Hombres y Mujeres. “A veces resulta más práctico pensar ‘no me digas qué sos, decime qué hacés’”, explicó Rodríguez.
Es desde ese hacer que muchos buscan su verdadera identidad sexual. Tal es el caso de Camila, nombre ficticio de una joven de 34 años que trabaja como secretaria de un estudio de abogacía. Ella contó cómo la confusión de su adolescencia le hizo experimentar con otra chica a los 17 años. “Sentía algo que luego entendí, pero necesitaba descubrirlo y saber si sólo era curiosidad. Yo aún no había tenido relaciones sexuales. Cuando me propusieron experimentar, lo hice porque me sentía identificada en muchas cosas de la chica en cuestión. La experiencia me dejó en claro que mi vínculo con ella pasaba por otro lado, no el sexual. Pero a mí me aclaró mi inclinación, para, sea cual fuera, vivirla sin rollos”.
Por su lado, María Alejandrina Román de Giro, licenciada en psicología y educadora en sexualidad, explicó: “En algunas ocasiones, la bisexualidad es utilizada por personas que no aceptan su condición de hombres que tienen relaciones con otros hombres, o mujeres que tienen relaciones con otras mujeres. Esto no implica que no exista la bisexualidad. Si bien es cierto que hay situaciones en las que las personas pueden engañarse, muchas veces la crisis de la mitad de la vida los hace salir del clóset. Entonces o dejan de mentirse y de armar para el afuera una historia que no es, o continúan con su vida paralela”.
Ser o no ser...
Ya desde los cinco años estamos determinados sexualmente a que las inclinaciones se vayan conformando en nuestro mundo sexual. Según precisó Román de Giro, “con la invasión hormonal, alrededor de los 13 años, la orientación bisexual tiende a expresarse. Puede aparecer -a veces- bajo la confusión, pero internamente comienzan a mezclarse las imágenes que erotizan en la misma proporción hacia ambos sexos”.
Si bien estudios foráneos destacan que existe un 10% de los hombres que tienen relaciones con otros hombres, y en la mujer el porcentaje es de un 7%, las personas bisexuales representan uno de los grupos más pequeños por diversas causas. Según la profesional “es uno de los grupos más marginados, porque existen en menor proporción o les adjudican orientaciones homosexuales, con toda la carga homofóbica de nuestra sociedad que muchas veces discrimina la diversidad. Esto genera que sea bastante complejo para el grupo moverse en estos roles ambiguos”.
Además, el concepto de bisexualidad es muy discutido, fundamentalmente en círculos heterosexuales y homosexuales, que excluyen de esta forma al bisexual de ambos grupos. “Como es un conjunto relativamente pequeño, hay pocos trabajos de investigación que reflejen una única realidad del tema.
Hay múltiples interpretaciones porque se estudian múltiples casos por separado. Lo que se encuentra como coincidente a la hora de explicar la bisexualidad, es que refieren el hecho de que la persona se involucra con el otro más allá del sexo de ese otro. Es decir, se enganchan con sus características personales, sean éstas de belleza, inteligencia o poder. Entonces, la atracción pasa primero por la persona individual, luego por el sexo”, detalló Rodríguez.
¿Naturalmente bisexuales?
Desde mediados del siglo XIX los científicos conductistas notaron la atracción bisexual en hombres y mujeres y debatieron su lugar en el desarrollo de la identidad sexual. Algunos, como Freud, llegaron a la conclusión de que los seres humanos son naturalmente bisexuales. ¿Una dualidad entonces que todos llevamos dentro? “Justamente son teorías, no hay verdades absolutas porque, si no, habría una sola. Insisto en que es una situación que se presenta con una frecuencia tan baja que la casuística resulta insuficiente para poder explicarla”, precisó el sexólogo.
Algo que se desprende de lo dicho, es que sin ser una tercera sexualidad, la tendencia “bi” que muchos mediáticos profesan, no puede ser desdeñada. “Probablemente asistamos a que hay mayor difusión de las conductas privadas de las personas, menos miedo a la censura social o al castigo y quizás eso sea lo nuevo”, concluyó el profesional.
1 comentario:
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