viernes, 5 de junio de 2009

MUNDO GAY : ENCUENTRO CON FREDDY KRÜGER


por Miguel Ángel d e la Vega

Considero que la lealtad es una virtud, empecé a experimentarla gracias a mis continuas visitas a un solo night-club: “El Minotauro”. Claro que al principio es como todo, inicias un proceso de adaptación. El ser visitador recurrente de un lugar así, lleno de desconocidos, te hace sentir el centro de atención. Pero cuando ya te has familiarizado con el “Cuarto Oscuro”… ¡Bingo!, alégrate pues ya has pasado lo peor y puedo decir literalmente lo peor por una experiencia personal realmente traumática.

Siempre pensé que Jason, Chucky y Jack El Destripador eran personajes que solo aparecían en películas de ficción, hasta que en una de mis iniciales visitas al dark room me encontré cara a cara con él. ¡Si era él!...los surcos y grietas que descubrí en su rostro, el olor fétido que emanaba de su cuerpo y el aliento nauseabundo de su boca lo hacían inconfundible, ¡estaba allí en persona! FREDDY KRÜGER, o como mis amigos lo llamarían más tarde al conocerlo: FK.

Creo que aquel día en el que decidí tener una relación con el gay más avaro y descuidado que exista debí estar pepeado o loca realmente. En realidad debo confesar que mi inicial interés en él (el único que pude descubrir, por las circunstancias claro) fue su majestuoso sexo; era lo único bello en medio de tanta fealdad. Descubrí su cacharro, cuando decidí llevarlo a lo que en ese entonces eran los cuartos para los encuentros al paso y entonces con luz tenue, pero luz al fin y al cabo, observé lo inevitable: “Aquel bizarro miembro le pertenecía a ese esperpento humano”.

Pero lo peor de todo fue que estando allí ya no me podía dar marcha atrás: era yo y su “encanto oculto”. Experimenté entonces sentimientos encontrados en aquel momento; por un lado no quería que me infligiese el espectáculo de su rostro, pero no podía dejar pasar la oportunidad sin degustar tan “suculento bocado”. Así es que opté por hacer uso de toda mi capacidad de imaginación y aluciné al cerrar los ojos que hacía el amor con Brad Pitt… (Continuará)

1 comentario:

Muñequito Antiestrés dijo...

Si el narrador pretende un efecto como "había algo de belleza, aún en medio de tanta fealdad" pues... no lo consigue.

Nos queda la imagen, en todo caso, de un ser patético, superficial, y con la autoestima y los valores tan bajos, como para tragar -nunca mejor dicho- su propio asco, lo que sea por ceder a sus propias pulsiones.

Y eso se ve a diario, seres socialmente minusválidos.

Éstos si que inspiran más lástima que el propio "F.K."