El Gobierno portugués ha aprobado en Consejo de Ministros el proyecto de ley que permitirá los matrimonios homosexuales. El documento, que no incluye la posibilidad de adoptar por parte de las parejas del mismo sexo, será presentado en el Parlamento luso antes de que finalice el año y votado por los diputados el próximo mes de enero.
El ministro de la Presidencia portugués, Pedro Silva Pereira, ha explicado que la adopción no se ha incluido en el proyecto de ley porque no formaba parte del programa electoral presentado por el Partido Socialista, que se limitaba a proponer la alteración de la ley para permitir el matrimonio entre las parejas del mismo sexo.
"El Gobierno está dispuesto a cumplir el programa electoral en lo relativo a eliminar los obstáculos para la legalización del matrimonio homosexual", afirmó el ministro tras la reunión del Consejo de Ministros.
Los matrimonios homosexuales dividen tanto a los partidos políticos como a la sociedad portuguesa. El Partido Socialista luso, con mayoría relativa en el Parlamento, cuenta con el apoyo de la izquierda para avanzar con el proyecto de ley. Aunque los comunistas también están a favor de no incluir la adopción en el documento, la propuesta del Bloco de Esquerda es ir más allá en la ley.
Sin embargo, tanto el principal partido de la oposición, el Partido Socialdemócrata, como los ultraconservadores cristianodemócratas, se oponen al matrimonio homosexual y han anunciado que votarán contra la propuesta de ley. Lo único que estarían dispuestos a aceptar sería la creación de una unión civil con un instituto jurídico diferente, que consagre algunos de los derechos y deberes inherentes al matrimonio para parejas del mismo sexo, siempre y cuando no se incluya la palabra "matrimonio" en la ley.
A pesar de la aprobación del diploma en el Consejo de Ministros, la Plataforma cívica Casamento Cidadania insiste en la realización de un referéndum sobre el matrimonio gay, con la esperanza de que en enero los diputados soliciten la consulta popular. La plataforma ha estado recogiendo firmas, incluso en varios partidos de fútbol, la semana pasada, para llevar la petición al Parlamento (necesitan 75.000 rúbricas).
Por su parte, la Iglesia Católica portuguesa tampoco está satisfecha con el paso dado por el Ejecutivo socialista liderado por el primer ministro luso, José Sócrates. La Confederación de las Asociaciones de Familia también defiende la realización del referéndum, mientras que la Conferencia Episcopal portuguesa propone un debate más extenso en la sociedad lusa.
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