10 de mayo de 2013
El gobierno de Brasil autorizó que parejas homosexuales puedan tener hijos mediante fecundación asistida para eliminar rechazos debidos a prejuicios.
Las nuevas normas del Consejo Federal de Medicina, el órgano regulador del ejercicio de la medicina en Brasil, fueron publicadas ayer jueves en el Diario Oficial de la Unión, la gaceta oficial.
En la nueva regulación se eliminó una frase que autorizaba la fertilización asistida a "cualquier persona" dentro de los límites de la ley y la sustituyó por una frase más explícita: "es permitido el uso de técnicas de reproducción asistida para relaciones homoafectivas y personas solteras, respetando el derecho de objeción de conciencia del médico".
La fecundación asistida consiste en un conjunto de técnicas biomédicas que sustituyen los procesos naturales de reproducción y suele ser utilizada por parejas con algún impedimento para tener hijos por las vías naturales.
Según el presidente del Consejo, Roberto d'Avila, la medida representa un avance para la sociedad brasileña. Precisó que la nueva disposición "permite que la técnica sea desarrollada en todas las personas independientemente del estado civil u orientación sexual. Es una demanda de la sociedad moderna, la medicina no tiene prejuicios y debe respetar a todos de igual manera".
Bajo los términos de las reglas anteriormente vigentes, algunas parejas homosexuales que intentaban realizar este tipo de tratamiento eran rechazadas en los tribunales de familia, que deben autorizar el procedimiento.
El Supremo Tribunal Federal, la corte suprema de Brasil, reconoció en 2011 la legitimidad de las uniones civiles entre personas del mismo sexo sin llegar a reconocer el matrimonio, que según los magistrados debe ser objeto de una ley.
El Congreso brasileño tiene en discusión una reforma constitucional que autoriza el reconocimiento del matrimonio entre cualquier persona, no sólo entre un hombre y una mujer, como está escrito actualmente en la carta magna.
Las nuevas reglas del Consejo Federal de Medicina fijan también una edad máxima de 50 años para que una mujer se someta a un tratamiento de reproducción asistida y establecen que los embriones generados en el tratamiento y que no son utilizados pueden ser preservados congelados por cinco años, plazo a partir del cual pueden ser donados a otros pacientes, utilizados en investigaciones científicas o descartados.
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