Contra lo que muchos piensan, parece que ser fiel se está convirtiendo en algo «cool» , tanto entre las parejas heterosexuales como en las homosexuales. Al menos asi lo indica el resultado de una investigación promovida por la Allian International University de San Francisco y publicada en la revista «Family Process», donde se recogen los datos relativos a 6.802 personas en el año 1975 y a 782 personas en el año 2000. En la muestra había tantos hombres como mujeres con diferente tipo de orientación sexual (heterosexuales, gays y lesbianas), según publica el diario americano «Usa Today».
Una de las primeras conclusiones obtenidas del estudio es que «sorprendentemente hay muchas menos infidelidades en el año 2000 que en 1975», según asegura el investigador Robert-Jay Green, profesor en la Universidad de San Francisco.
Gracias a la realización de varias encuestas, los expertos han clarificado que las parejas sobre las que se ha producido una notable disminución de relaciones extraconyugales son las de gays, entre los que la tasa de infidelidad ha disminuido del 83% al 59%.
Los hombres, más fielesGreen señala que las parejas en las que más han disminuido las infidelidades son las de los hombres gays, ya que la tasa de infidelidad ha caído del 83% al 59%.
Respecto a las relaciones extraconyugales de lesbianas, ya de por sí eran mucho más bajas que la de hombres gays en el año 75. Y aún así, las infidelidades entre parejas de lesbianas han seguido descendiendo, pasando del 28% al 8%, siendo incluso más bajas que entre las mujeres heterosexuales, ya que según dicho estudio, un 23% de las mujeres heteros engañaban a sus maridos en la década de los 70, frente al 14% que lo hacen ahora.
Se deduce de este estudio que el colectivo lesbianas tiende a ser más fiel, (desbancando al de las mujeres heterosexuales que lo eran en 1975), seguidas por los hombres heterosexuales, las mujeres heterosexuales y los gays. «Pero en 25 años la tendencia sobre fidelidad entre los hombres homosexuales parece ir al alza», apuntan los expertos. La mitad de los gays y lesbianas del estudio estaban en uniones civiles y la otra mitad vivían juntos.
Los autores del estudio especulan con que «la conciencia del sida y de otras Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) ha llevado a las parejas a ser más cautos y más conservadores sobre el sexo fuera de sus relaciones en los últimos 25 años».
Por ello, los investigadores barajan como posibilidades que esta fidelidad sea mérito de la revolución de la moral provocada por el peligro de contraer el sida o quizás por el lento alejamiento del clima de los años setenta que promovía el amor libre. También es probable que simplemente los enamorados, de igual o diferente sexo, están descubriendo las ventajas de la monogamia, vista como un elemento tranquilizador en un mundo «cada vez más lleno de trampas», como aseguran los responsables de la investigación.
Es por esto que el aumento de la monogamia entre las parejas del mismo sexo celebra el significado positivo de la aceptación social de la homosexualidad que provoca que los comportamientos extremos vengan a menos. Al mismo tiempo, el papel del sida ha provocado la disminución de las relaciones ocasionales.
Concluye la investigación, por tanto, señalando que las mujeres traicionan más a los hombres que al contrario, mientras que las parejas homosexuales suelen ser más fieles.
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