Los profesionales en la salud mental no deben decir a sus clientes gays que pueden volverse heterosexuales mediante terapias o tratamientos, advirtió el miércoles la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés).
En una resolución adoptada por el consejo directivo de la APA, y en un informe adjunto, la organización expresó su repudio más claro a la llamada "terapia de reparación", un concepto acuñado por un grupo pequeño pero persistente de terapeutas, frecuentemente aliados con conservadores religiosos, quienes sostienen que los gays pueden cambiar su orientación sexual.
No existen evidencias contundentes de que ese cambio sea posible, señala la resolución, adoptada por 125 votos a favor y cuatro en contra. La APA señaló que algunas investigaciones sugieren que los esfuerzos para realizar ese supuesto cambio de orientación sexual pueden ser nocivos, induciendo a la depresión y a tendencias suicidas.
En vez de buscar ese cambio, la APA instó a los terapeutas a contemplar múltiples opciones -desde la abstinencia sexual hasta el cambio de Iglesia- para ayudar a que los clientes vivan experiencias espiritualmente armoniosas en los casos en que su orientación sexual entra en conflicto con su fe.
La APA había criticado ya la terapia de reparación, pero un panel de seis miembros asignado especialmente al caso endureció la postura al analizar 83 estudios sobre cambios en la orientación sexual realizados desde 1960. Su reporte fue avalado por el consejo directivo de la APA en Toronto, donde se realiza este fin de semana la reunión anual de la asociación, que tiene 150.000 miembros.
El informe abre una nueva vía sobre su evaluación detallada y gradual de la forma en que los terapeutas deben tratar con los gays que buscan seguir fieles a una fe religiosa que condena la homosexualidad.
Judith Glassgold, psicóloga de Highland Park, Nueva Jersey, presidió el panel especial, y confió en que el documento ayude a apaciguar el acalorado debate entre los conservadores religiosos que creen en la posibilidad de cambiar la orientación sexual y los diversos profesionales en la salud mental que rechazan esa opción.
"Cada parte debe informarse mejor", dijo Glassgold en una entrevista. "Los psicoterapeutas religiosos tienen que abrir los ojos a los aspectos potencialmente positivos de ser gay o lesbiana. Los terapeutas laicos tienen que reconocer que algunas personas preferirán su fe por encima de su sexualidad".
Una de las mayores organizaciones que promueve la posibilidad de cambiar la orientación sexual es Exodus International, una red de ministerios religiosos cuyo mensaje es: "Libérese de la homosexualidad mediante el poder de Jesucristo".
Su presidente Alan Chambers dice que él mismo "superó una atracción homosexual indeseable". El y otros evangélicos se reunieron con representantes de la APA tras la formación del panel especial en el 2007.
Chambers se mostró satisfecho con algunas partes del informe. "Es un paso positivo; el simplemente respetar la fe de alguien es un salto en la dirección correcta", dijo. "Pero yo iré más allá. No hay que negar la posibilidad de que los sentimientos de alguien pueden cambiar".
En una resolución adoptada por el consejo directivo de la APA, y en un informe adjunto, la organización expresó su repudio más claro a la llamada "terapia de reparación", un concepto acuñado por un grupo pequeño pero persistente de terapeutas, frecuentemente aliados con conservadores religiosos, quienes sostienen que los gays pueden cambiar su orientación sexual.
No existen evidencias contundentes de que ese cambio sea posible, señala la resolución, adoptada por 125 votos a favor y cuatro en contra. La APA señaló que algunas investigaciones sugieren que los esfuerzos para realizar ese supuesto cambio de orientación sexual pueden ser nocivos, induciendo a la depresión y a tendencias suicidas.
En vez de buscar ese cambio, la APA instó a los terapeutas a contemplar múltiples opciones -desde la abstinencia sexual hasta el cambio de Iglesia- para ayudar a que los clientes vivan experiencias espiritualmente armoniosas en los casos en que su orientación sexual entra en conflicto con su fe.
La APA había criticado ya la terapia de reparación, pero un panel de seis miembros asignado especialmente al caso endureció la postura al analizar 83 estudios sobre cambios en la orientación sexual realizados desde 1960. Su reporte fue avalado por el consejo directivo de la APA en Toronto, donde se realiza este fin de semana la reunión anual de la asociación, que tiene 150.000 miembros.
El informe abre una nueva vía sobre su evaluación detallada y gradual de la forma en que los terapeutas deben tratar con los gays que buscan seguir fieles a una fe religiosa que condena la homosexualidad.
Judith Glassgold, psicóloga de Highland Park, Nueva Jersey, presidió el panel especial, y confió en que el documento ayude a apaciguar el acalorado debate entre los conservadores religiosos que creen en la posibilidad de cambiar la orientación sexual y los diversos profesionales en la salud mental que rechazan esa opción.
"Cada parte debe informarse mejor", dijo Glassgold en una entrevista. "Los psicoterapeutas religiosos tienen que abrir los ojos a los aspectos potencialmente positivos de ser gay o lesbiana. Los terapeutas laicos tienen que reconocer que algunas personas preferirán su fe por encima de su sexualidad".
Una de las mayores organizaciones que promueve la posibilidad de cambiar la orientación sexual es Exodus International, una red de ministerios religiosos cuyo mensaje es: "Libérese de la homosexualidad mediante el poder de Jesucristo".
Su presidente Alan Chambers dice que él mismo "superó una atracción homosexual indeseable". El y otros evangélicos se reunieron con representantes de la APA tras la formación del panel especial en el 2007.
Chambers se mostró satisfecho con algunas partes del informe. "Es un paso positivo; el simplemente respetar la fe de alguien es un salto en la dirección correcta", dijo. "Pero yo iré más allá. No hay que negar la posibilidad de que los sentimientos de alguien pueden cambiar".
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