Más de 70.000 personas se congregaron ayer sábado por la noche en Tel Aviv para expresar su solidaridad con la comunidad homosexual, enlutada la semana pasada por la muerte de dos de sus miembros en un ataque.
El presidente israelí, Shimon Peres, el ministro de Educación, Gideon Saar, y el alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, asistieron al acto, entre otras personalidades. "Los disparos hechos contra esta orgullosa comunidad nos han afectado como seres humanos, como judíos e israelíes. La persona que apuntó contra las dos víctimas apuntó contra todos nosotros", dijo Peres.
"Todo el mundo tiene derecho a ser diferente y a estar orgulloso de ello. Nadie tiene derecho a intervenir en la vida del otro mientras se respete la ley y el orden (…) He venido a compartir vuestras lágrimas (…) Tengan ánimo, sean fuertes", añadió el presidente israelí. En el escenario instalado en la plaza Itzjak Rabin frente a la alcaldía de Tel Aviv, una enorme pancarta proclamaba: "continuamos con orgullo, reunión de solidaridad, de tolerancia y del recuerdo", mientras que una bandera arcoiris, símbolo de la comunidad homosexual, se encontraba desplegada.
El 1 de agosto, un desconocido vestido de negro y enmascarado abrió fuego contra un centro de ayuda para jóvenes homosexuales de Tel Aviv. Un joven, que servía de monitor en ese centro, y una adolescente, murieron en el ataque. Doce personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad.
Como medida de precaución, la policía desplegó numerosas patrullas a causa de las amenazas contra los homosexuales lanzadas por internet o por teléfono. La policía, que observa un absoluto silencio sobre el particular, cree que se trata de un caso de venganza personal, sin descartar que el asesino pueda haber estado movido por sentimientos de odio contra los homosexuales.’
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