El País.com 18 de agosto de 2009
Dos hombres homosexuales han presentado, por primera vez en España, una querella por homofobia contra la empresa en la que trabajaban. Las supuestas víctimas, Juan y Gerald, acusan a sus ex jefes de los delitos de revelación de secretos -por difundir su condición de gays- y de injurias de contenido homófobo. El gerente de la empresa llegó a llamarles "enfermos" en un correo electrónico. La querella ya ha sido admitida a trámite por el juzgado de instrucción número 33 de Barcelona.
Hace año y medio, Juan entró a trabajar en la delegación barcelonesa de Gartner KG, una multinacional austriaca de transportes que emplea a un millar de personas en Europa. Allí inició una relación "correcta e incluso buena" con el gerente, que le dispensaba un trato "amable", según la querella presentada por el abogado David Aineto, del despacho Aequo Advocats.
La cosa se torció cuando el gerente empezó a hablar con Juan, en tono despectivo, de uno de sus compañeros: Gerald. Siempre según la querella, el jefe le explicó su interés en despedir al empleado porque "sospechaba que era homosexual" y le insistió en que "no quería maricas" en la oficina. Para forzar su salida de la empresa, el gerente menospreciaba su trabajo ante los demás y le ordenaba las tareas más ingratas. Ante tal acoso, Gerald sufrió "problemas de ansiedad" y cogió la baja por depresión, según el escrito.
Juan, que también es gay, se vio "coartado" por la actitud de su jefe y se acercó a Gerald para mostrarle su solidaridad. Su sorpresa fue que, al regresar de las vacaciones el año pasado, se convirtió también en víctima del asedio. Sometido al mismo "trato vejatorio", Juan también pidió la baja el pasado marzo. Los dos jóvenes se pusieron de acuerdo y fueron a ver a un abogado.
La prueba de cargo de la querella es un correo electrónico que el gerente envió, supuestamente, a su jefe en Austria. En el escrito, tilda de "enfermos" a los dos trabajadores, los descalifica por su orientación sexual y pide a la dirección de Gartner KG que los despida "cueste lo que cueste". En el mismo correo, el gerente reconoce haber tenido "el placer de leer los correos privados [entre Juan y Gerald] de increíble contenido guarro". Eso constituye, según la querella, una violación del secreto de las comunicaciones privadas entre los dos empleados. "Lo importante es que tienen que desaparecer, cueste lo que cueste", sentencia el gerente.
Ésa es la traducción del alemán hecha por los abogados "sin perjuicio de que la autoridad judicial lo remita a un traductor oficial", razona la querella. Ése es uno de los argumentos a los que se acoge el delegado de la empresa austriaca en Barcelona, que niega los hechos y califica la historia de "absurda". "La traducción está mal. El alemán es un idioma más elevado y tenemos otras palabras que aquí no se usan", explicó ayer. Este diario ha tenido acceso al correo en alemán. La palabra para referirse a los empleados es "kranken", que no admite otra traducción que la de enfermos. La palabra, además, está escrita en mayúsculas.
En cualquier caso, el gerente cometió un despiste monumental: imprimió una copia en papel del mail y la dejó (o la olvidó) en una fotocopiadora de la oficina, a la vista de todo el mundo. Por casualidad, Gerald fue el primero en ver y leer el sorprendente correo. Y se lo quedó. "Tenemos la fortuna de poseer un papel. Hay otros casos así, pero en la mayoría de ellos no se puede hacer nada porque es la palabra de uno contra otro", razonó Aineto.
El juez deberá decidir si los responsables de la empresa han discriminado a sus empleados por razón de sexo y si han atentado contra su dignidad, tal como relata la querella. Ésta se dirige contra el gerente, pero también contra el responsable de la firma en el país centroeuropeo.
Se trata de la primera querella criminal presentada (y admitida) por homofobia en España. Así lo ratifica el presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Antonio Poveda. En declaraciones a Efe, Poveda dijo que este caso "destapa una discriminación que, aunque no se ve, existe" y felicitó a la pareja por "atreverse a denunciar".
Hace año y medio, Juan entró a trabajar en la delegación barcelonesa de Gartner KG, una multinacional austriaca de transportes que emplea a un millar de personas en Europa. Allí inició una relación "correcta e incluso buena" con el gerente, que le dispensaba un trato "amable", según la querella presentada por el abogado David Aineto, del despacho Aequo Advocats.
La cosa se torció cuando el gerente empezó a hablar con Juan, en tono despectivo, de uno de sus compañeros: Gerald. Siempre según la querella, el jefe le explicó su interés en despedir al empleado porque "sospechaba que era homosexual" y le insistió en que "no quería maricas" en la oficina. Para forzar su salida de la empresa, el gerente menospreciaba su trabajo ante los demás y le ordenaba las tareas más ingratas. Ante tal acoso, Gerald sufrió "problemas de ansiedad" y cogió la baja por depresión, según el escrito.
Juan, que también es gay, se vio "coartado" por la actitud de su jefe y se acercó a Gerald para mostrarle su solidaridad. Su sorpresa fue que, al regresar de las vacaciones el año pasado, se convirtió también en víctima del asedio. Sometido al mismo "trato vejatorio", Juan también pidió la baja el pasado marzo. Los dos jóvenes se pusieron de acuerdo y fueron a ver a un abogado.
La prueba de cargo de la querella es un correo electrónico que el gerente envió, supuestamente, a su jefe en Austria. En el escrito, tilda de "enfermos" a los dos trabajadores, los descalifica por su orientación sexual y pide a la dirección de Gartner KG que los despida "cueste lo que cueste". En el mismo correo, el gerente reconoce haber tenido "el placer de leer los correos privados [entre Juan y Gerald] de increíble contenido guarro". Eso constituye, según la querella, una violación del secreto de las comunicaciones privadas entre los dos empleados. "Lo importante es que tienen que desaparecer, cueste lo que cueste", sentencia el gerente.
Ésa es la traducción del alemán hecha por los abogados "sin perjuicio de que la autoridad judicial lo remita a un traductor oficial", razona la querella. Ése es uno de los argumentos a los que se acoge el delegado de la empresa austriaca en Barcelona, que niega los hechos y califica la historia de "absurda". "La traducción está mal. El alemán es un idioma más elevado y tenemos otras palabras que aquí no se usan", explicó ayer. Este diario ha tenido acceso al correo en alemán. La palabra para referirse a los empleados es "kranken", que no admite otra traducción que la de enfermos. La palabra, además, está escrita en mayúsculas.
En cualquier caso, el gerente cometió un despiste monumental: imprimió una copia en papel del mail y la dejó (o la olvidó) en una fotocopiadora de la oficina, a la vista de todo el mundo. Por casualidad, Gerald fue el primero en ver y leer el sorprendente correo. Y se lo quedó. "Tenemos la fortuna de poseer un papel. Hay otros casos así, pero en la mayoría de ellos no se puede hacer nada porque es la palabra de uno contra otro", razonó Aineto.
El juez deberá decidir si los responsables de la empresa han discriminado a sus empleados por razón de sexo y si han atentado contra su dignidad, tal como relata la querella. Ésta se dirige contra el gerente, pero también contra el responsable de la firma en el país centroeuropeo.
Se trata de la primera querella criminal presentada (y admitida) por homofobia en España. Así lo ratifica el presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Antonio Poveda. En declaraciones a Efe, Poveda dijo que este caso "destapa una discriminación que, aunque no se ve, existe" y felicitó a la pareja por "atreverse a denunciar".
Por su parte, el Front d'Alliberament Gay de Catalunya (FAGC) ha calificado de "criminal y salvaje" el supuesto despido homófobo a dos trabajadores de Gartner KG y ha celebrado que, por primera vez en España, se haya admitido a trámite una querella que refleja "una realidad que nunca sale a la luz".
"Despedir a alguien por su condición de homosexual es muy grave, pero equiparar la homosexualidad a una enfermedad es un auténtico acto criminal y salvaje sin precedentes", ha denunciado a Efe el portavoz de la FAGC, Eugeni Rodríguez.
Rodríguez ha loado la actitud "valiente" de la pareja denunciante, porque "pocos homosexuales se atreven a denunciar su empresa" a causa de la dificultad a la hora de demostrar los indicios de homofobia.
Hasta ahora, las demandas por homofobia se habían dirimido en los juzgados de lo social con la intención de declarar los despidos nulos o improcedentes. En este caso, la vía laboral también permanece abierta, ya que Juan y Gerald recibieron una carta de despido. El motivo, según la empresa: su bajo rendimiento laboral.
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