Cientos de miles de personas marcharon este sábado en Roma con motivo de la Europride, gran desfile homosexual, en el que criticaron al primer ministro Silvio Berlusconi por no conceder los mismos derechos a las parejas del mismo sexo.
"Quiero decirle al mundo, a Europa, y sobre todo a Italia, que es un poco cerrada, que tenemos el derecho de ser tratados como seres humanos", dijo Nikita, de 22 años, vestido con un traje plateado, plumas y tacones altos.
En un ambiente festivo, en el que abundaban las banderas arcoiris, podían leerse eslóganes como "Personas diferentes, mismos derechos" o "Igualdad y derechos humanos para todos". Los participantes seguían unas cuarenta carrozas, entre ellas la de las "familias arcoiris", con padres gays y sus niños.
En un tono más provocativo, un hombre disfrazado de obispo llevaba las palabras "pedofilia" y "abusos sexuales" pegadas a su vestimenta.
Según los organizadores, 400.000 personas participaban en el desfile. La policía hizo un cálculo de entre 300.000 y 500.000 antes del evento.
"Italia es el único país que no reconoce los derechos de las lesbianas, los gays, los bisexuales y los transexuales", dijo Franco Grillini, miembro del partido opositor Italia de los Valores y conocido activista. "Italia debería adaptarse al resto del mundo occidental", añadió.
La marcha concluyó con la intervención de la estrella mundial del pop Lady Gaga. Vestida de forma comedida con un elegante traje negro y blanco, de la última colección del estilista Gianni Versace, según indicó ella misma, y con una peluca verde, Lady Gaga no hizo ningún comentario provocador hacia el gobierno de Silvio Berlusconi ni hacia la Iglesia, como temían algunos políticos italianos.
"Debemos hacer la revolución del amor", "debemos ir adelante en la defensa del amor", repitió la artista estadounidense en un discurso improvisado de casi media hora en el escenario instalado en el Circo Máximo, junto al Coliseo y cerca del Vaticano.
"Soy consciente de las tradiciones religiosas, respeto a las familias que creen, pero creo que es importante reivindicar el cambio y reconocerlo", dijo con una voz grave, antes de interpretar dos canciones al piano.
"Soy ciudadana del mundo y pido a los gobiernos que faciliten nuestro sueño de igualdad", añadió la joven de 25 años, que recordó sus orígenes italianos y su verdadero nombre, Stefani Germanotta.
Italia es uno de los pocos Estados europeos que no tiene una legislación específica contra la violencia homófoba, y que no contempla uniones civiles, ni para los homosexuales ni para los heterosexuales.
Vladimir Luxuria, transexual y ex diputado que creó en 1994 el primer festival gay de Italia, encabezaba el cortejo, ataviada con una diadema de plumas.
Según ella, "el Parlamento es homófobo, de los pies a la cabeza, y tenemos un primer ministro hostil a los gays".
El año pasado, Berlusconi quitó importancia a uno de sus escándalos sexuales diciendo: "Es mejor ser un apasionado de las mujeres bellas que ser gay".
Lo que dio lugar a otro eslogan, rápidamente impreso en carteles y camisetas: "mejor ser gay que ser Berlusconi".
El alcalde de Roma, Gianni Alemanno , dirigió un mensaje de video a los participantes, en el que dice: "Nuestra ciudad es hospitalaria y abierta a todo el mundo".
Para la ocasión se había desplegado un importante dispositivo de seguridad en Roma.
Un grupúsculo religioso, "la milicia de Cristo", preveía manifestarse contra el desfile, y diversas personalidades políticas católicas invitaron a la cantante estadounidense pop Lady Gaga a no provocar al Papa.
"El mundo gay no se siente representado por alguien que hace videos que ofenden a Jesús", dijo Rocco Buttiglione, vicepresidente de la cámara baja del Parlamento.
Carlo Giovanardi, secretario de Estado de política familiar, condenó por adelantado el desfile, en el que ve "una ocasión de llevar montones de disfraces y de burlarse del Santo Padre, el clero y quienes dedican su vida a los demás".
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