02 de abril de 2013
El proyecto de ley de matrimonio igualitario fue aprobado hoy pro el Senado de Uruguay. La iniciativa legal duramente criticada por la Iglesia católica, ahora deberá pasar por Diputados. La mayoría del gobernante Frente Amplio garantizaría que en una spocas semanas Uruguay sea el tercer pais de América en reconocer el matrimoniod e parejas del mismo sexo.
La iniciativa fue aprobada por 23 votos a favor -17 del oficialismo y
seis de la oposición- y ocho en contra. El texto volverá a la Cámara de
Diputados ya que la versión original votada en diciembre en esa cámara
sufrió modificaciones. Mujica tenía intenciones de promulgarlo como ley a
principios de 2013, pero no puede hacerlo hasta que sea aprobado en
ambas cámaras, donde el oficialismo tiene mayoría.
Si el texto fuera consagrado como ley, Uruguay sería el tercer país
en el continente americano después de Canadá y Argentina en permitir el
matrimonio homosexual en todo su territorio.
Una versión anterior del llamado "proyecto de matrimonio igualitario"
ya había recibido una amplia aprobación el 12 de diciembre en la cámara
de diputados con los votos de legisladores de los tres principales
partidos: el gobernante Frente Amplio de izquierda, el Partido Nacional
de centro y el Partido Colorado de derecha.
El proyecto surgió de un texto redactado por el "Colectivo Ovejas
Negras" que promueve demandas de grupos homosexuales y fue retomado por
diputados del Frente Amplio.
Federico Graña, integrante de esa organización, dijo que el proyecto
"es algo que va mucho más allá de la homosexualidad, se trata de una ley
en la que todos tengan los mismos derechos y obligaciones".
Además del matrimonio entre personas del mismo sexo el proyecto de
ley incluye otros temas polémicos, como permitir que parejas
homosexuales adopten niños.
El texto fue presentado ante la cámara alta por el senador
oficialista Rafael Michelini. "Este es un tema de libertad, de elección
de la gente y de justicia", dijo Michelini consultado por The Associated
Press.
"De libertad porque el Estado no debe meterse en con quién debe
casarse uno y de justicia, porque si uno se casa en el exterior con una
persona de su mismo sexo, si luego vuelve a Uruguay se le reconoce su
casamiento", agregó.
La justicia uruguaya reconoció por primera vez en junio un matrimonio
entre personas del mismo sexo al aceptar la solicitud de un uruguayo y
un español casados previamente en España que querían formalizar su
situación en el país.
El senador blanco Francisco Gallinal argumentó en contra del proyecto
durante el debate y criticó algunas de sus eventuales consecuencias.
"Si compadece ante el oficial del Registro de Estado Civil un matrimonio
de personas del mismo sexo a reconocer un hijo, el oficial del Estado
Civil lo tiene que inscribir como hijo legítimo del matrimonio. Esto no
es cierto, podrá inscribirlo porque lo mandata la ley y porque se llegó a
legitimar una situación de estas características, pero eso no es
verdad", comentó Gallinal.
En el espacio reservado al público, unas 60 personas seguían el debate, en su mayoría integrantes de agrupaciones homosexuales.
"Esta ley iguala derechos. Nosotros tuvimos que ir a buscar un
derecho a otro país que éste no nos brindaba", dijo a la AP Omar
Salsamendi, de 40 años, que presenciaba la votación junto a Federico
Maserattini, de 20, con quien se casó en Buenos Aires el 27 de
noviembre.
Ningún activista contrario al proyecto era claramente identificable entre el público.
La Iglesia Católica, por su parte, pidió a los legisladores actuar "a conciencia" y rechazar el proyecto.
Si se aprueba esta ley "se oscurecerá un bien fundamental de la
persona como es la familia", dijo el domingo el arzobispo de Montevideo,
Nicolás Cotugno, en su homilía de Pascua. "Dios ha hecho al hombre a su
imagen y semejanza y dice el Génesis que macho y hembra los creó", por
tanto "todo lo que se aparta" de este principio, la Iglesia "no puede
aceptarlo", agregó.
"Parecería lógico que dos personas del mismo sexo que se quieren y
desean compartir su vida puedan tener algún tipo de reconocimiento
civil, pero no puede ser igual al que regula el matrimonio", dijo a la
AP el obispo Jaime Fuentes, presidente del sector Familia de la
Conferencia Episcopal Uruguaya. Por lo pronto, "los niños tienen derecho
a tener un padre y una madre, naturales o adoptivos, para crecer como
personas", agregó.
La legislación uruguaya vigente permite que parejas del mismo sexo
legalicen su unión -aunque no como matrimonio- y que aspiren a adoptar
niños.
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