All Out , la organizacion de activismo online que maneja campañas multilingües y relevantes para informar y motivar al público con vistas a construir una comunidad verdaderamente global, capaz de
responder a momentos de crisis y oportunidad para promover las vidas y
libertades de personas LGBT— en todo el mundo ha iniciado una campaña para exigir al gobierno sueco modernizar una ley de los años 70 que obliga a las personas transexuales que quieran modificar su situación registral (obtener documento de identidad donde aprezca el sexo que han eleigido) a someterse a la esterilización.
Además de la esterilización forzada, la ley de 1972 también exige el
divorcio para las personas transexuales, lo cual no se corresponde con
la legislación vigente en Suecia que reconoce el matrimonio igualitario, sin distincion de género. El propio Primer Ministro Fredrik Reinfeldt
describió la ley en 2010 como “un capítulo oscuro de la historia sueca”.
La norma, en opinión de muchos, viola el artículo 3º de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que sostiene que toda persona tiene derecho a su integridad física y psíquica. De hecho, la mayoría del Parlamento sueco estaría a favor de modificar la ley, pero el proceso de cambio ha sido bloqueado por un pequeño partido conservador.
Tal situación resulta sorprendente en un país considerado muy respetuoso d elos derechos humanos donde hay avanzadas leyes para el respeto de la diversidas sexual.
Hoy en día, la Organización Mundial de la Salud aún clasifica la disforia de género entre los “desórdenes mentales y de la conducta”, definición cuya modificación ya han solicitado el Parlamento Europeo y el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, el sueco Thomas Hammarberg, entre otros.
Lo cierto es que Suecia no es el único país europeo que regulan la reasignación de género de forma controvertida. En los Países Bajos sexige también la esterilización, y en Francia no hay leyes que regulen la modificación registral de las personas transexuales sin necesidad de someterse a cirugía de reasignación, por lo que la decisión debe pasar necesariamente por las manos de un juez.
La campaña de AllOut busca asegurar que el Primer Ministro sepa que la mayoría de Suecia, Europa y el mundo quiere ver a los suecos del lado justo de la historia, eliminando ésta arcaica práctica.
Para ello basta tomarse un momento para firmar ésta urgente carta al Primer Ministro de Suecia pidiéndole que deje de jugar a la política con los derechos humanos fundamentales de los ciudadanos suecos. Nuestros amigos en RFSL, la Federación LGBT sueca, entregará tus firmas directamente a la oficina del primer ministro.
Tal situación resulta sorprendente en un país considerado muy respetuoso d elos derechos humanos donde hay avanzadas leyes para el respeto de la diversidas sexual.
Hoy en día, la Organización Mundial de la Salud aún clasifica la disforia de género entre los “desórdenes mentales y de la conducta”, definición cuya modificación ya han solicitado el Parlamento Europeo y el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, el sueco Thomas Hammarberg, entre otros.
Lo cierto es que Suecia no es el único país europeo que regulan la reasignación de género de forma controvertida. En los Países Bajos sexige también la esterilización, y en Francia no hay leyes que regulen la modificación registral de las personas transexuales sin necesidad de someterse a cirugía de reasignación, por lo que la decisión debe pasar necesariamente por las manos de un juez.
La campaña de AllOut busca asegurar que el Primer Ministro sepa que la mayoría de Suecia, Europa y el mundo quiere ver a los suecos del lado justo de la historia, eliminando ésta arcaica práctica.
Para ello basta tomarse un momento para firmar ésta urgente carta al Primer Ministro de Suecia pidiéndole que deje de jugar a la política con los derechos humanos fundamentales de los ciudadanos suecos. Nuestros amigos en RFSL, la Federación LGBT sueca, entregará tus firmas directamente a la oficina del primer ministro.
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