Miles de personas salieron hoy a la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, para celebrar la XIV Parada del Orgullo Gay y reivindicar en un ambiente festivo los derechos de la comunidad homosexual.
Un aguacero retrasó la salida de la caravana multicolor y le restó un poco de brillo a la fiesta pero no enfrió el ánimo de los participantes, que mostraron toda su vitalidad al son de las más variada música, críticas a la intolerancia y la ejecución del himno con besos generalizados.
El desfile de este año tuvo como eje una campaña contra la homofobia para que se castigue a los responsables de agresiones a los homosexuales. Igualmente, se puso énfasis en programas de prevención de enfermedades de transmisión sexual, para lo cual los organizadores de la parada repartieron miles de preservativos entre los asistentes.
La manifestación realizada en la Avenida Atlántica que corre paralela a la famosa playa de Copacabana (sur) tuvo su apertura con la participación del gobernador del estado, Sergio Cabral, y del ministro de Medio Ambiente brasileño, Carlos Minc.
Cabral pidió "coraje" para poner fin a la intolerancia sexual y dijo que "Rio será siempre la vanguardia de los derechos civiles en Brasil".
Minc aprovechó la ocasión para realizar críticas a recientes declaraciones escandalosas del gobernador del estado de Paraná (sur), Roberto Requiao, que en un evento difundido por televisión dijo que el aumento del cáncer de mama en hombres "debe ser consecuencia de las marchas gay".
"La discriminación causa cáncer, hace mal a la salud y puede matar. Lo que cura la discriminación y la enfermedad es la solidaridad", dijo Minc, quien también calificó de "troglodita" al gobernador de Mato Grosso do Sul, André Puccinelli, que le había calificado de "maricón y fumador de marihuana" por participar en marchas a favor de esos asuntos.
Por su parte, el alcalde de Rio, Eduardo Paes, no participó del evento pero comprometió apoyo oficial a la causa. Antes de la apertura dijo que espera que el Desfile de 2010 en Rio sea más grande que el de la mayor ciudad del país, Sao Paulo, donde en 2008 asistieron más de dos millones.
El evento tuvo ejecución del himno nacional cantado por un conocido travesti carioca mientras autoridades y presentes hacían coro y se tomaban las manos.
Luego tocó el himno oficial del Desfile, "Es bueno besarse", ante lo cual se hizo una cuenta regresiva y tras cuenta regresiva muchos de los asistentes, incluidos Cabral y su esposa, se abrazaron y besaron.
Un aguacero retrasó la salida de la caravana multicolor y le restó un poco de brillo a la fiesta pero no enfrió el ánimo de los participantes, que mostraron toda su vitalidad al son de las más variada música, críticas a la intolerancia y la ejecución del himno con besos generalizados.
El desfile de este año tuvo como eje una campaña contra la homofobia para que se castigue a los responsables de agresiones a los homosexuales. Igualmente, se puso énfasis en programas de prevención de enfermedades de transmisión sexual, para lo cual los organizadores de la parada repartieron miles de preservativos entre los asistentes.
La manifestación realizada en la Avenida Atlántica que corre paralela a la famosa playa de Copacabana (sur) tuvo su apertura con la participación del gobernador del estado, Sergio Cabral, y del ministro de Medio Ambiente brasileño, Carlos Minc.
Cabral pidió "coraje" para poner fin a la intolerancia sexual y dijo que "Rio será siempre la vanguardia de los derechos civiles en Brasil".
Minc aprovechó la ocasión para realizar críticas a recientes declaraciones escandalosas del gobernador del estado de Paraná (sur), Roberto Requiao, que en un evento difundido por televisión dijo que el aumento del cáncer de mama en hombres "debe ser consecuencia de las marchas gay".
"La discriminación causa cáncer, hace mal a la salud y puede matar. Lo que cura la discriminación y la enfermedad es la solidaridad", dijo Minc, quien también calificó de "troglodita" al gobernador de Mato Grosso do Sul, André Puccinelli, que le había calificado de "maricón y fumador de marihuana" por participar en marchas a favor de esos asuntos.
Por su parte, el alcalde de Rio, Eduardo Paes, no participó del evento pero comprometió apoyo oficial a la causa. Antes de la apertura dijo que espera que el Desfile de 2010 en Rio sea más grande que el de la mayor ciudad del país, Sao Paulo, donde en 2008 asistieron más de dos millones.
El evento tuvo ejecución del himno nacional cantado por un conocido travesti carioca mientras autoridades y presentes hacían coro y se tomaban las manos.
Luego tocó el himno oficial del Desfile, "Es bueno besarse", ante lo cual se hizo una cuenta regresiva y tras cuenta regresiva muchos de los asistentes, incluidos Cabral y su esposa, se abrazaron y besaron.
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