En su análisis sobre el panorama mundial durante 2009, el Papa Benedicto XVI volvió a criticar con dureza el matrimonio entre personas del mismo sexo y lo llegó a comparar con el fenómeno conocido como "cambio climático", en tanto ambos -dijo- son un peligro para la creación humana.
El Pontífice condenó las leyes a favor del casamiento homosexual, y sin citar directamente a ningún Estado donde ya se permite, criticó a algunos "países europeos y americanos" porque "atentan contra el fundamento biológico de la diferencia entre los sexos". Se cree que apuntó así a leyes e iniciativas en Portugal y Argentina, las más recientes.
"Las libertad no puede ser absoluta, ya que el hombre no es Dios", dijo. "Para el hombre, el rumbo a seguir no puede ser fijado por la arbitrariedad y el deseo", aseguró.
El Papa vinculó la oposición de la Iglesia al matrimonio gay con la preocupación por el medio ambiente, y sugirió que las leyes que socavaban "las diferencias entre los sexos" eran una amenaza para la creación.
Luego, en otros tópicos de su intervención, instó a quienes "pertenecen a cualquier grupo armado, a que abandonen el camino de la violencia" y condenó "el terrorismo".
Su balance anual se realizó durante la tradicional audiencia de Año Nuevo en el Vaticano con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
"Se ha de mencionar el terrorismo, que pone en peligro muchas vidas inocentes y causa una difusa ansiedad", afirmó.
"En esta solemne ocasión -agregó-, quisiera renovar el llamamiento que hice el 1 de enero, en la oración del Angelus, a todos los que pertenecen a cualquier grupo armado, para que abandonen el camino de la violencia y abran sus corazones al gozo de la paz", dijo.
Benedicto XVI dedicó buena parte de su discurso al problema del medio ambiente, "un prisma de muchas caras", lo calificó. "Comparto la gran preocupación que causa la resistencia de orden económico y político a la lucha contra el deterioro del ambiente", reconoció tras criticar el fracaso de las negociaciones durante la cumbre mundial de diciembre de Copenhague.
Para el pontífice es bueno tener claro que la defensa del ambiente "es uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad, si se quiere construir una verdadera paz", afirmó. Y recalcó lo que sufren los países "más desfavorecidos" por la falta de una "correcta gestión de los recursos naturales". Citó en especial a Afganistán, países africanos y latinoamericanos.
Tras condenar también el gasto militar, la emprendió contra el matrimonio gay que, opinó, atenta "contra la creación humana. Señoras y señores -exclamó-, la protección de la creación es un factor importante de paz y justicia"
El Pontífice condenó las leyes a favor del casamiento homosexual, y sin citar directamente a ningún Estado donde ya se permite, criticó a algunos "países europeos y americanos" porque "atentan contra el fundamento biológico de la diferencia entre los sexos". Se cree que apuntó así a leyes e iniciativas en Portugal y Argentina, las más recientes.
"Las libertad no puede ser absoluta, ya que el hombre no es Dios", dijo. "Para el hombre, el rumbo a seguir no puede ser fijado por la arbitrariedad y el deseo", aseguró.
El Papa vinculó la oposición de la Iglesia al matrimonio gay con la preocupación por el medio ambiente, y sugirió que las leyes que socavaban "las diferencias entre los sexos" eran una amenaza para la creación.
Luego, en otros tópicos de su intervención, instó a quienes "pertenecen a cualquier grupo armado, a que abandonen el camino de la violencia" y condenó "el terrorismo".
Su balance anual se realizó durante la tradicional audiencia de Año Nuevo en el Vaticano con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
"Se ha de mencionar el terrorismo, que pone en peligro muchas vidas inocentes y causa una difusa ansiedad", afirmó.
"En esta solemne ocasión -agregó-, quisiera renovar el llamamiento que hice el 1 de enero, en la oración del Angelus, a todos los que pertenecen a cualquier grupo armado, para que abandonen el camino de la violencia y abran sus corazones al gozo de la paz", dijo.
Benedicto XVI dedicó buena parte de su discurso al problema del medio ambiente, "un prisma de muchas caras", lo calificó. "Comparto la gran preocupación que causa la resistencia de orden económico y político a la lucha contra el deterioro del ambiente", reconoció tras criticar el fracaso de las negociaciones durante la cumbre mundial de diciembre de Copenhague.
Para el pontífice es bueno tener claro que la defensa del ambiente "es uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad, si se quiere construir una verdadera paz", afirmó. Y recalcó lo que sufren los países "más desfavorecidos" por la falta de una "correcta gestión de los recursos naturales". Citó en especial a Afganistán, países africanos y latinoamericanos.
Tras condenar también el gasto militar, la emprendió contra el matrimonio gay que, opinó, atenta "contra la creación humana. Señoras y señores -exclamó-, la protección de la creación es un factor importante de paz y justicia"
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