13-06-2014 -Yagg
La lucha no ha terminado aún para Alessandra Bernaroli una mujer trans de Bolonia, pero se ha logrado una gran victoria. El jueves
12 de junio, el Tribunal Constitucional italiano ha considerado inconstitucional el requisito de divorcio, aprobado en 1982,
para una pareja en la que uno de los cónyuges se sometió a una reasignación de género ("cambio de sexo") y se le concedió una identidad diferente a la que tenía en el momento del matrimonio. La corte habia sido consultada al respecto por la corte que ve el caso.
El caso ha sido emblemático para las y los italianos LGBT a lo largo de los cinco años de batalla legal de Alessandra, decidida a mantener su
matrimonio 9 años con su esposa. "Mi cuerpo ha cambiado, pero nuestro amor sigue siendo el mismo. Actúo para defender nuestro matrimonio ", dice ella.
Sin
embargo, la decisión no dice si el matrimonio de Alessandra sigue siendo
válido, y es ahora el turno de la Cote de Casación tomar una decisión al respecto una vez absuelta la consulta que hizo al Constitucional. Sin
embargo,en su decisión los jueces constitucionales invitaron a la clase política
italiana y al Parlamento a legislar sobre la el matrimonio igualitario o
el establecimiento de una unión civil para parejas del mismo sexo, dice
Antonio Rotelli, Presidente de Rete Lenford una red de abogados especializados en temas LGBT.
En un escenario en que Italia va a la zaga en cuanto a la igualdad de derechos, y las críticas se hacen sentir cada vez más por el movimiento LGBT italiano contra las promesas incumplidas del Primer Ministro Matteo Renzi (centro izquierda), es la justicia la que ahora parece estar dando pasos importantes hacia igualdad. En mayo, un tribunal de Grosseto en Toscana reconoció el matrimonio de dos hombres celebrado en el extranjero basándose en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y la ciudad de Fano (a la que parece Napoles también seguirá pronto), por iniciativa de su alcalde saliente Stefano Aguzzi, comenzó a inscribir en su registro civil los matrimonios de parejas de gays y lesbianas celebrados en el extranjero.
Massimo Prearo de la Universidad de Verona y especialista en el movimiento LGBT en Francia e Italia, dijo en una entrevista con Yagg. "Como de costumbre, es la clase política la que está luchando para frenar la transformación de la sociedad". De hecho, el Partido Demócrata, que ha absorbido parte de la Democracia Cristiana, sigue siendo hostil a cualquier progreso, incluso a penalizar la homofobia.
En un escenario en que Italia va a la zaga en cuanto a la igualdad de derechos, y las críticas se hacen sentir cada vez más por el movimiento LGBT italiano contra las promesas incumplidas del Primer Ministro Matteo Renzi (centro izquierda), es la justicia la que ahora parece estar dando pasos importantes hacia igualdad. En mayo, un tribunal de Grosseto en Toscana reconoció el matrimonio de dos hombres celebrado en el extranjero basándose en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y la ciudad de Fano (a la que parece Napoles también seguirá pronto), por iniciativa de su alcalde saliente Stefano Aguzzi, comenzó a inscribir en su registro civil los matrimonios de parejas de gays y lesbianas celebrados en el extranjero.
Massimo Prearo de la Universidad de Verona y especialista en el movimiento LGBT en Francia e Italia, dijo en una entrevista con Yagg. "Como de costumbre, es la clase política la que está luchando para frenar la transformación de la sociedad". De hecho, el Partido Demócrata, que ha absorbido parte de la Democracia Cristiana, sigue siendo hostil a cualquier progreso, incluso a penalizar la homofobia.
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