La Parada del Orgullo Gay de Sao Paulo llevó hoy a millones de personas a las calles de la mayor ciudad brasileña para protestar contra la homofobia y pedir la reivindicación de los derechos homosexuales.
Según los organizadores, 3,2 millones de personas desfilaron detrás de 18 carrozas de sonido en las que entidades oficiales, organizaciones no gubernamentales (ONG) y empresas privadas se manifestaron a favor de la libertad de género.
No obstante, el número oficial de participantes será divulgado más tarde por la Policía Militar (PM) de Sao Paulo.
Esta edición, la número catorce, cambió su tradicional bandera arco iris, símbolo de la diversidad, por el blanco y negro usados en piezas publicitarias y mensajes institucionales contra la homofobia.
Los participantes, en el inicio de la parada, abuchearon a los políticos contrarios a las políticas a favor de la comunidad homosexual, en un llamado para que esta población "vote con conciencia" en las elecciones de octubre.
Con el lema "Vote contra la homofobia, defienda la ciudadanía", inspirado también en el año electoral brasileño, la parada volvió a tener una vez más como principal consigna el combate contra los delitos cometidos contra personas homosexuales.
La caminata se inició al mediodía en la Avenida Paulista y concluyó con una concentración en la céntrica Praça da República.
Una obra en blanco y negro del artista plástico Otavio Donasci, en la fachada del edificio Conjunto Nacional, uno de los monumentos arquitectónicos de la ciudad, marcó el punto de partida de la marcha.
La Policía Militar y la Guarda Civil Metropolitana de Sao Paulo dispusieron de 1.300 efectivos, que contaron con el apoyo de agentes de seguridad privada, del Cuerpo de Bomberos, la Defensa Civil, la Cruz Roja y voluntarios.
Las autoridades reportaron un gran número de robos, en su mayoría de billeteras, cámaras fotográficas, teléfonos celulares y dinero, situación que comienza a preocupar a la organización, al igual que los brotes de grupos neonazis que el año pasado atacaron a algunos participantes.
La Alcaldía de Sao Paulo dispuso de un presupuesto de un millón de reales (unos 537.926 dólares) para la caminata de este año, casi el doble de 2009, mientras que la economía de la ciudad espera un impacto de 200 millones de reales (unos 107,5 millones de dólares) con motivo de la parada.
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