Una pareja gay originaria de Nueva Zelanda se encuentra varada en México tras el nacimiento de sus trillizos a través de madres sustitutas. Problemas legales se han sumado al engaño de la agencia nortemericana que hizo los arreglos para la maternidad subrogada.
David Beard, abogado de 41 años, y su esposo Nicky Leonard Beard, de 32 años, hablaron con el medio neozelandés Stuff para contar la situación en la que se encuentran.
Los Beard habían tratado con una agencia de subrogación de Estados Unidos, cuyo nombre no revelaron, desde hacía cuatro años para iniciar el proceso de tener hijos. Por razones no especificadas, se continuó el caso en una sucursal de dicha agencia en México, especificamente en Cancún.
La pareja había pagado puntualmente todos los costos que esto implicó, desde gastos legales hasta gastos médicos. Se les había asegurado que podrían llevarse a su país a sus hijos sin problemas, sin embargo, ocurrió un giro en la ley.
En diciembre de 2015, el Congreso del Estado de Tabasco puso candados a la legislación que permitía la gestación asistida y subrogada y prohibió que cualquier extranjero pudiera participar en la renta o alquiler de vientres en ese Estado. Tabasco es una de las dos entidades del país donde está permitida esta práctica, la otra es Sinaloa.
Ante esto, los Beard fueron notificados que no les afectaría el cambio en la ley, puesto que las madres sustitutas ya estaban embarazadas cuando la legislación fue modificada.
Los bebés fueron portados por dos madres de las que no se especificó la nacionalidad. Una tuvo mellizos, Kelly y Blake, quienes nacieron el 5 de marzo. Otra tuvo a un sólo bebé, Lachlan, quien nació el 1 de marzo. Los tres infantes son producto de una donante de ovulos argentina y del esperma de David Beard y nacieron en Villahermosa, Tabasco.
Su historia se complicó cuando la representante de la agencia de Cancún desapareció con el dinero que le habían dado unas semanas antes del nacimiento de los bebés.
“En los dos últimos meses la agente desaparecía por días y semanas sin contactarnos. Fue muy alarmante y estresante para nosotros”, contaron los padres. La mujer desapareció completamente en febrero cuando recibió el pago final.
Uno de los menores, Lachlan, nació prematuro “en un hospital local infestado de cucarachas” y requirió atención médica extra. Sin el apoyo de la agencia y con la situación del bebé, los Beard tuvieron que pagar la cuenta del hospital, que aseguran, ascendió a 79 mil dólares.
Actualmente la familia neozelandesa se encuentra en Villahermosa, según contaron al medio, con sus tres bebés en buen estado de salud, pero sin recursos económicos para salir del país y en medio de complicaciones legales.
“A pesar de estar varados en México esta historia tiene un final muy feliz. Somos los orgullosos padres de Lachlan, Blake y Kelly”, menciona David.
La pareja le ha pedido ayuda al ministro de inmigración de Nueva Zelanda, Michael Woodhouse, para que intervenga y los tres bebés puedan recibir inmediatamente sus pasaportes neozelandeses emitidos la embajada de su país en México “en vez de tener que pasar por el costoso y lento proceso de que obtengan pasaportes mexicanos cuando los bebés no tienen ningún vínculo biológico con este país”, dice el padre. La respuesta del gobierno de Nueva Zelanda no ha sido ni rápida ni acogedora.
“Esperamos que los podamos llevar a Nueva Zelanda lo más pronto posible”, concluyen.
Las autoridades mexicanas no han emitido ninguna postura referente a este caso.
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