La Iglesia católica argentina ha convocada una gran manifestación, en contra del matrimonio homosexual que este miércoles será votado por el pleno del Senado.
Las declaraciones tuvieron lugar duranta la visita de Kirchner a China. Se trata además de la primera vez que la Presidenta se pronuncia sobre el tema de forma extensa. “Expresiones como ‘guerra de Dios’ o ‘proyecto del demonio’ remiten a tiempos de la Inquisición, sobre todo viniendo de aquellos que deberían instar a la paz, a la tolerancia, a la diversidad y al diálogo”, comentó. “Parece el tiempo de las Cruzadas, me imagino a Rolando yendo a conquistar el Santo Sepulcro. Esto no es bueno porque nos plantea como sociedad un lugar en el que nadie quiere estar”, añadió.
Kirchner también dijo que el discurso de oposición al proyecto era “agresivo” y “descalificatorio”. La Presidenta comparó incluso lo que sucede con las personas homosexuales con lo que pasaba con los esclavos en la Antigüedad, los negros en Estados Unidos olos judíos en la Alemania nazi. “Es justo reconocerles ese derecho a las minorías y una distorsión terrible de la democracia sería que las mayorías, en ejercicio de esas mayorías, les negaran derecho a las minorías”, añadió.
Respecto a la “objeción de conciencia” para funcionarios, una de las exigencias de los opositores a la ley, Kirchner afirmó que “no quiero vivir en una sociedad en la que un funcionario decide si me atiende o no por mi elección sexual”. La Presidenta llegó a recordar su visita a un campo de concentración alemán, donde los homosexuales estuvieron entre los primeros prisioneros, junto a los comunistas y los gitanos. Por eso dijo que cuando dentro de unos años se recuerde este debate “quiero que se sepa de qué lado estuve”.
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