La justicia rusa prohibió las marchas de orgullo gay durante los
próximos 100 años, sin embargo este fallo será apelado por la comunidad
homosexual ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
“Siempre nos dicen que no, pero en Estrasburgo declaran ilegales esas
decisiones. Pero el tiempo pasa y seguiremos pidiendo autorización para
nuevas acciones aunque, de nuevo, nos rechacen”, dijo Nikolái Alexéyev,
líder de los homosexuales rusos, citado por las agencias locales.
El tribunal municipal de Moscú rechazó la apelación interpuesta por
Alexéyev, confirmando así la legalidad de una disposición anterior del
ayuntamiento de la capital rusa que prohibía las marchas gay hasta 2112.
“Esta vez hemos decidido apelar en Estrasburgo la prohibición de futuras marchas gay”, adelantó el activista.
Alexéyev explicó que el ayuntamiento de Moscú rechazó a principios de
año su solicitud de celebrar 102 marchas gay entre 2012 y 2112,
decisión que fue respaldada seguidamente por un fallo judicial.
“Utilizamos una laguna en la legislación que no establece un plazo
máximo a la hora de acordar las acciones multitudinarias en Moscú”,
apuntó Alexéyev.
Decenas de activistas homosexuales y nacionalistas ortodoxos rusos
fueron detenidos a finales de mayo durante el último intento de celebrar
una marcha de orgullo gay en la capital.
Desde 2006, los homosexuales rusos se manifiestan cada mes de mayo
para protestar contra su discriminación, acciones para las que el
ayuntamiento nunca les ha dado autorización.
La Asociación Internacional de Gays y Lesbianas-ILGA ha concedido a Rusia
el dudoso honor de ser el país europeo que menos respeta los derechos de
los homosexuales.
“En materia de derechos humanos, lo que incluye a los homosexuales,
Rusia se parece más a Irán y Corea del Norte que a Occidente”, aseguró
Vladímir Voloshin, redactor jefe de KVIR, la revista más popular entre
la comunidad homosexual rusa.
Varias ciudades de ese país aprobaron este año leyes contra la
propaganda homosexual, que esa minoría considera una violación de la
libertad de expresión y un simple pretexto para seguir prohibiendo las
marchas del orgullo gay.
Según una encuesta del Centro Levada, 74% de los rusos creen que los
gays y lesbianas tienen una problema mental y son amorales, mientras que
menos de la mitad opina que deben tener los mismos derechos que los
heterosexuales.
El artículo 121 del código penal de Rusia, que sancionaba con penas
de cárcel las prácticas homosexuales, no fue abolido hasta 1993, año en
que también se dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad
mental.
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