sábado, 3 de octubre de 2015

Prelado integrante Congregación para la Doctrina de la Fe y teólogo se declara gay en víspera del Sínodo sobre Familia.



En vísperas del sínodo de obispos de todo el mundo sobre temas de familia, que será inaugurado mañana con una misa solemne, un teólogo del Vaticano desató hoy una tormenta al revelar que es gay y que vive felizmente con un compañero.

"Quiero que la Iglesia y mi comunidad sepan quién soy: un sacerdote homosexual, feliz y orgulloso de su propia identidad", confesó monseñor Krysztof Charamasa, de 43 años, polaco residente en Roma desde hace 17 años, funcionario de la Congregación para la Doctrina de la  Fe y secretario adjunto de la Comisión Teológica Internacional vaticana.

"Sé que tendré que renunciar a mi ministerio, aunque es toda mi vida. Sé que tendré que renunciar a mi ministerio, aunque es toda mi vida."Sé que la Iglesia me verá como alguien que no supo cumplir con su deber (de castidad), que se extravió y, por si fuera poco, no con una mujer, ¡sino con un hombre!", 

 "Estoy listo para pagar las consecuencias, pero es el momento de que la Iglesia abra los ojos frente a los gays creyentes y entienda que la solución que les propone, la abstinencia total de la vida de amor, es inhumana", agregó el sacerdote, que enseña teología en la Pontificia Universidad Gregoriana y en el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum, en sendas entrevistas concedidas al Corriere della Sera y a la edición polaca de Newsweek.


Y las consecuencias ya las empezó a pagar y con una celeridad jamás vista en los aledaños de la plaza de San Pedro. Nada más tener conocimiento del asunto, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, anunció que monseñor Krzysztof Charamsa “no podrá seguir desempeñando las tareas precedentes en la Congregación para la Doctrina de la Fe ni en las universidades pontificias” y criticó el momento elegido por el prelado para declarar su homosexualidad.

 “Cabe señalar que, a pesar del respeto que merecen los hechos y circunstancias personales y las reflexiones sobre ellos, la elección de declarar algo tan clamoroso en la víspera de la apertura del Sínodo resulta muy grave y no responsable, ya que apunta a someter a la asamblea sinodal a una presión mediática injustificada”, dijo Lombardi

Lejos de amilanarse, monseñor Charamsa respondió a la expulsión anunciada por Lombardi presentando en sociedad a su novio, Eduard, de origen catalán, animando a seguir su ejemplo a “tantísimos sacerdotes homosexuales que no tienen la fuerza de salir del armario” y acusando de homofobia al Vaticano.

 “Pido perdón por todos los años durante los que he sufrido en silencio ante la paranoia, la homofobia, el odio y el rechazo a los homosexuales que he vivido en el seno de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el corazón de la homofobia en la Iglesia. No podemos seguir odiando a las minorías sexuales, porque así odiamos a una parte de la humanidad”, afirmó Monseñor Charamsa.

El papa Francisco abrirá el domingo un segundo sínodo sobre la familia donde se debatirá la cuestión de la homosexualidad. El tema divide profundamente a la Iglesia católica, algunos la consideran como "un trastorno" que hay que combatir, mientras otros creen que es una realidad que hay que tener en cuenta.

Sobre esta cuestión, "la Iglesia lleva retraso respecto a los conocimientos que alcanzó la humanidad", opinó Charamsa, y aseguró que "no se puede esperar otros 50 años".

"Es hora de que la Iglesia abra los ojos frente a los homosexuales creyentes y entienda que la solución que propone, esto es, la abstinencia total y una vida sin amor, no es humana", declaró el cura polaco.

"La Iglesia lleva retraso respecto a los conocimientos que alcanzó la humanidad"

"El clero es ampliamente homosexual y también, por desgracia, homófobo hasta la paranoia, porque está paralizado por la falta de aceptación hacia su propia orientación sexual", añadió en la edición polaca de la revista Newsweek.

"Quisiera decirle al sínodo que el amor homosexual es un amor familiar, que necesita a la familia. Todos, incluidos los gays, las lesbianas y los transexuales, llevan en el corazón un deseo de amor y de familia", declaró al Corriere della Sera, en un mensaje dirigido a los 360 participantes del sínodo.

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