Los Juegos Olímpicos de Invierno que tendrán lugar en Pyeongchang, Corea del Sur, empezarán el próximo 9 de febrero y vana estar en el centro de la atención de millones de fanáticos del deporte en todo el mundo.
Pero Pyeongchang también se convertirá en el escenario donde se presentará el primer atleta abiertamente gay en competir en unos Juegos Olímpicos de Invierno: el esquiador norteamericano Gus Kenworthy, medalla de plata en los anteriores JJ.OO. de Sochi en estilo libre.
Kenworthy de 26 años, nacido en el Reino Unido de madre inglesa y padre norteamericano salió del clóset hace dos años y se ha convertido en un referente para millones de atletas que todavía luchan contra la discriminación por su orientación sexual.
El secreto que mantenía sobre su sexualidad lo impulsó desde su adolescencia temprana a enfocarse en el deporte para escapar de sus demonios. “Me exigía más que cualquier otro para compensar por esto que yo sentía estaba mal conmigo”, dijo.
El hecho de que el mundo del freestyle sea considerado exclusivo para “machos” no ayudó a mejorar su situación. Sus compañeros alardeaban sus conquistas femeninas y solían utilizar términos como “marica” y “gay” como algo peyorativo. “Cuando se utiliza ese tipo de lenguaje, lo único que genera es que te metas todavía más dentro del clóset” dijo en una entrevista con ESPN.
En los juegos de Sochi en 2014 Gus ganó notoriedad al rescatar a una familia de perros callejeros mientras se encontraba en suelo soviético. El esquiador luchó por traer a los EEUU a una perra y a sus cuatro cachorros, algo que consiguió tras quedarse un mes adicional en Sochi para procesar los papeles necesarios.
En pareja desde 2016 con el actor Matthew Wilkas, el deportista ha contado su historia de vida en distintas oportunidades alrededor de todo el mundo, a la espera de inspirar a otros a seguir su camino. A diferencia de muchos de sus colegas que prefieren mantenerse alejados del revolucionado mundo de la política, el esquiador ha hecho pública su postura con respecto a distintas medidas anti-LGBT como la que buscó prohibir a las personas transgénero de las Fuerzas Armadas.
Los miembros del equipo olímpico norteamericano suelen ser invitados a visitar la Casa Blanca una vez terminada la contienda deportiva, pero Kenworthy aseguró que no tiene intenciones de conocer al actual presidente en curso. “No quiero fingir un apoyo que no existe”, dijo el deportista sobre la administración Trump.
Independientemente de su rol como embajador de la comunidad LGBT, el atleta profesional es uno de los favoritos a conseguir una medalla en Corea del Sur, dentro de una disciplina que suele favorecer a los deportistas norteamericanos.
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