14-04-2014
El arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla (foro arriba), se ha reunido con dirigentes de los colectivos LGBT del país y les ha pedido disculpas en nombre de la Iglesia Católica. La comunidad homosexual del país, constantemente agredida verbalmente desde la Iglesia, ha calificado el hecho de muy positivo en aras de una convivencia pacífica.
La autoridad católica del Uruguay ha pedido perdón por alusiones del
pasado, en referencia a las declaraciones homófobas de Nicolás Cotugno
(quien fuera su antecesor) y de Jaime Fuentes, obispo de la diócesis de
Minas. En 2008 Cotugno dijo que los homosexuales “estaban enfermos y
debían irse a una isla a curarse”, mientras que su colega del interior
del país realizó una campaña mediática para impedir la concreción de la
ley de matrimonio igualitario.
“En el marco de ese diálogo fue él quien tomó la iniciativa de decir que en nombre de la Iglesia Católica pedía disculpas a la comunidad LGBT si con acciones, con palabras, con algún discurso, esa institución la ofendió o la agredió”, ha declarado el periodista y activista Omar Salsamendi a una emisora de Montevideo.
Sturla ha mantenido un encuentro que los medios del país vecino han calificado de “histórico” con la Asociación de Familias LGBT y Homoparentales de Uruguay. La reunión ha sido la primera entre un alto representante de la jerarquía eclesiástica católica y la comunidad homosexual. En ella se han abordado cuestiones como los derechos de los homosexuales y el matrimonio igualitario.
El arzobispo incluso se ha mostrado dispuesto a autorizar el bautismo de hijos de parejas homosexuales “siempre y cuando sus padres se comprometan a educarlos en la fe”.
A pesar de que la postura de la Iglesia Católica es contraria al matrimonio igualitario vigente por ley en Uruguay, ello no ha sido obstáculo para las disculpas de Sturla. “En ningún momento Sturla utilizó los tradicionales términos homófobos que hasta hace poco fueron comunes en la institución, siempre se expresó con el máximo respeto. La reunión iba a extenderse por media hora, pero duró dos horas. Allí Sturla reiteró que no tendría problemas en autorizar que los hijos de parejas homosexuales sean bautizados en la Iglesia”, ha detallado Salsamendi.
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