For World AIDS Day, an urgent call for more attention to men and boys
Hoy es el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, y es el momento en el que se acostumbra hablar de los muchos avances logrados en la lucha contra el VIH en el último año. Pero este 1 de diciembre también debemos hacer un fuerte llamado de alerta sobre las deficiencias del tratamiento dentro de un grupo demográfico sorprendente: niños y hombres.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH / SIDA (ONUSIDA) ha titulado sin rodeos su nuevo informe "Blind Spot" (Punto ciego) y señala en su primera oración que centrarse en niños y hombres puede parecer "contradictorio" dadas las desigualdades de género que a menudo ponen a las niñas y mujeres en desventaja cuando se trata de infección y tratamiento. Pero los datos hablan por si mismos: en general, más de 20 millones de las 37 millones de personas infectadas con VIH en el mundo ahora reciben medicamentos antirretrovirales (ARV), que salvan vidas y previenen la transmisión. El informe indica que en el mundo la cobertura de terapia antirretroviral entre hombres de 15 años o más fue del 47 por ciento en 2016, en comparación con el 60 por ciento entre las mujeres.
De acuerdo a "Blind Spot", esta brecha entre hombres y mujeres es más pronunciada en África central y occidental, donde solo el 25 por ciento de los varones con VIH siguen terapia antirretroviral frente al 44 por ciento de las mujeres.
"También existen diferencias importantes en Asia y el Pacífico y el Caribe, así como en África oriental y sur", se lee en la investigación.
Mientras que en el Caribe la cobertura de tratamientos para los hombres es del 46 por ciento frente al 57 por ciento de las mujeres.
En América Latina el 58 por ciento de los hombres accede actualmente a terapia frente al 59 por ciento de las mujeres.
Fuera de África oriental y meridional, el 60 por ciento de las nuevas infecciones por el VIH entre los adultos se producen entre hombres.
Los hombres sufrieron el 58% de las 1 millón de muertes por SIDA en el mundo en 2016, y en el África subsahariana, la región más afectada, los hombres solo representan el 41% de la población infectada por el VIH. Pero los hombres tienen un 20% menos de probabilidades de conocer su estado de VIH que las mujeres, y los hombres que inician ARV tienen menos probabilidades de seguir con su tratamiento y llevar los niveles virales a niveles indetectables, la piedra angular para impedir la transmisión.
El nuevo informe de ONUSIDA es "audaz y oportuno", dice James McIntyre, clínico y director general de VIH / SIDA del Instituto de Salud Anova en Johannesburgo, Sudáfrica, señalando que refleja un artículo del que fue coautor hace 6 años con el mismo título. "Durante demasiado tiempo, hemos persistido en centrar todos nuestros esfuerzos en el VIH en las niñas y las mujeres, con la vana esperanza, de que los hombres de alguna manera lo sigan también", dice McIntyre. "La realidad es que los hombres no usarán o no podrán usar los servicios de salud como esperaríamos que lo hagan, y la brecha general de salud para los hombres amplía la brecha de prevención y atención del VIH".
McIntyre enfatiza que es una "trampa" pensar que aumentar el enfoque en los hombres de alguna manera restará valor a los esfuerzos para proteger a las mujeres. "Solo cuando los servicios de VIH asumen su responsabilidad de cuidar a los hombres, los hombres podrán asumir su responsabilidad de proteger a las mujeres", dice.
El epidemiologo Chris Beyrer de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, quien también ha publicado sobre las disparidades en el tratamiento del VIH / SIDA para hombres, dice que el problema radica en cuántos países elaboraron las respuestas a sus epidemias. Los países de bajos ingresos, en particular, centraron sus programas en madres y niños, en parte porque contaron con la asistencia sustancial de dos programas: el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del SIDA y el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria que empezó hace 15 años y eppuso enfasis en esas poblaciones. "Los primeros programas desplegados fueron la prevención de la transmisión de madre a hijo y la infraestructura del VIH se construyó sobre la infraestructura para la salud materna e infantil", dice Beyrer. "En los países más pobres y débiles que era la única infraestructura de salud".
Beyrer dice que muchos hombres no buscan pruebas y atención del VIH porque no se sienten bienvenidos en las clínicas. "Están llenas de bebés que gritan y personas que permanecen todo el día en la clínica", dice Beyrer, quien señala que los hombres a menudo deciden que no pueden permitirse ausentarse del trabajo para cuidar de su salud. Sidibé dice que las ideas machistas sobre el uso de condones y las pruebas de VIH también impiden que los hombres busquen atención. "Tenemos que eliminar esta masculinidad tóxica".
El informe ofrece varias estrategias para abordar el punto ciego, que incluyen ofrecer pruebas de VIH en el lugar de trabajo o autoevaluaciones que se pueden hacerse en casa. Señala que un estudio a gran escala en Kenia y Uganda llamado SEARCH ha tenido mucho éxito al examinar a los hombres para detectar muchas enfermedades durante los eventos de la comunidad y luego vincular inmediatamente a las personas que dan positivo para el VIH con la atención. Grassroots Soccer, un programa en 45 países, utiliza el deporte popular como un vehículo para llevar a cabo la educación sobre el VIH / SIDA para niños y hombres. Mensajes cuidadosamente elaborados difu ndidos a través de mensajes de texto y las redes sociales también pueden ayudar a recordarles a los hombres reservar citas o adherirse al tratamiento.
"Es esencial para nosotros darnos cuenta", dice McIntyre, "de que nunca terminaremos esta epidemia sin enfocarnos en los hombres".
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